Llega el señor noviembre.
Con él llegan los fríos mañaneros, los cafés calentitos, los calcetines, las mantas, los abrigos, las hojas por el suelo y la lluvia helada, porque el señor noviembre es la antesala al señor diciembre,
cabroncete y
reconfortante a la vez. Después del calor que hemos pasado, el frío será
más que bienvenido.

Últimamanete ando bloqueado en casi todo lo que hago (artísticamente hablando), pero creo que empiezo a remontar, al menos un poquito; y el hecho de tener que estar en reposo toda la tarde por el desgarro de mi pierna (ahora el nota lleva muletas) incita a dibujar en el cuadernaco A3 que me compré el otro día, dios, que gustazo de papel blanco, grueso, un poco satinado y nada rugoso (arto ya de cuadernos de esbozos Guarro)...
Por lo demás, salud y buenos alimentos, que dijo el gran Rosendo Mercado.