De sobra se conoce ya a mi pequeña loba huargo en potencia: Clyde.
Clyde, aunque con un coeficiente intelectual propio de la endogamia, se las sabe todas y no hay momento en que sea más feliz que en que se le da un premio, osea, sus galletitas.
Me tiene hasta los mismisimos cojones, pero se hace querer y no dudo que será una loba preciosa.
Que tiemble la familia Stark!