Desde pequeño siempre quise salvar al mundo. Siempre quise ser un superhéroe (a día de hoy, aún me emocionan las buenas historias de superhéroes, para qué negarlo?). Cuando fui creciendo me di cuenta, por supuesto, que salvar al mundo me iba pelín grande, así que decidí salvar mi mundo personal: mis amigos, mis seres queridos, todo el que necesitara mi ayuda, desde un oído para escuchar o una espalda para hacer mudanza, ahí estaba yo.
A lo largo de los años muchos me lo han agradecido, otros simplemente no le dieron importancia y otros, pues como que arrivederci fiero.
Los agradecimientos, por supuesto, te hacen sentir como un verdadero héroe y esa es una sensación increíble que jamás podré describir: el ver que has ayudado a alguien que lo necesitaba.
Lo malo de todo es que, van pasando más años y te vas dando cuenta de que realmente, quitando los agradecimientos, tragaste bastante mierda y ya te planteas: seguir o mandarlo todo a la mierda y dedicarte de lleno a ti mismo?
Pero si hiciera eso, dónde quedaría el heroísmo? los superhéroes no existen, existen las personas y si las personas no se ayudan, qué cojones le pasará al mundo? podremos decir que cambiamos algo, aunque sea un mínimo? qué podremos decir que hicimos a alguien aunque fuera por unas horas, la vida más llevadera?
Yo voto por que no dejemos nunca la capa.
(me he tirado bastante el pego, pero se perfectamente de lo que hablo….y respecto a la caricatura, se que me he mazao bastante en el gimnasio últimamente, pero lo de las piernas es por como las siento ahora mismo tras volver a montar a toda velocidad en bicicleta por la ciudad... siento hasta el más mínimo músculo!)
5 comentarios:
Yo también te voto, capa forever.
Nadie puede salvar a nadie.
Bueno, eso díselo a los bomberos, mi estimado anónimo (y gracias pro visitar/comentar).
(Toniko, tu ya eres un superhéroe de los grandes)
Interesante reflexión. Tu "Super Pablo" te ha quedado genial! :D
P.D: Yo voto por la capa, da mucho porte.
gracias, señor Reyes!
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