martes, 18 de octubre de 2011

"Solo la mar"

Hace poco sucedían dos cosas sin conexión aparente, pero que me hicieron recordar lo que hecho de menos el mar.

Una amiga publicó en su blog un poema a de Alberti sobre el mar y hablaba de lo que ella lo añoraba y por otro lado (y bastante surrealista, por cierto) es que una noche, mi mini nevera (digo mino porque mide un metro de altura o menos) empezó a sonar como el oleaje al subir y bajar la marea por las noches.

Me he criado a pie de playa (aunque por lo blanquito que soy nadie lo diría) y me dormía todas las noches escuchando de fondo el oleaje, un sutil susurro que mecía mis pensamientos hasta convertirlos en sueños, así que al vivir en ciudad interior, se añora a saco (y eso que está a menos de una hora, pero solo puedo ir en fin de semana y esas dos noches no hay dios que oiga el mar con tanto fiestero).

En definitiva, añoro el mar, el sonido de las olas para dormirme, algún barco con su motor pasando en la madrugadas y las gaviotas, aunque unas asquerosas hijas de perra que cagan ácido (mi terraza es testigo), también se las añora.







El dibujo es de tanto leer a Jack London (y sus mares del sur), a Hugo Pratt (y su Corto Maltés), a Hodsong (y sus terrores marinos) y a Howard (por sus pictos, sajones y celtas perdidos en la mar), por rammstein y su "seeman" (aunque a Hemingway y su viejo no los soporto, que peñazo de libro, por dios) y por que en el fondo, siempre quise viajar por mares y tierras lejanas.