viernes, 1 de junio de 2012

De Hemingway, el amor y África.


 Leyendo a Hemingway y su pasión por África (entre otras cosas), me quedé trilladísimo con un fragmento que habla sobre su amor por África, su pasión y sus añoranzas. El tío era un misógino, violento, borracho y mil cosas más, pero escribía como si le fuera la vida en cada palabra.




"Lo único que quería hacer ahora era volver a África. Todavía no nos habíamos marchado, en efecto, pero por las noches me despertaba y me quedaba tumbado, escuchando, añorando ya África. En aquel momento, mirando por el túnel de árboles que crecían por encima del barranco el cielo con nubes blancas movidas por el viento, amaba aquel país y era tan feliz como lo eres tras estar con una mujer a la que amas de verdad, cuando, vacío, sientes que vuelve a brotar y ahí está y nunca puedes tenerlo por entero, y sin embargo lo que hay ahora puedes tenerlo, y quieres más y más, tener y ser y vivir, poseerlo de nuevo para siempre, para ese siempre largo que acaba de repente; detener el tiempo a veces detenerlo tanto que luego te paras a oír cómo se mueve, y le cuesta ponerse en marcha Pero no estás solo, porque, si alguna vez la has amado de una manera dichosa y no trágica, ella te ama para siempre; tanto da a quién acabe amando y adónde vaya, ella te ama más a ti. Así que si has amado a alguna mujer y algún país eres muy afortunado y puedes morir tranquilo." (fragmento de "Verdes colinas de África", de Ernest Hemingway).